Siempre he sido esa chica que pasa, a la que no te camelas con cuatro palabras, y de echo, lo sigo siendo, siempre he sido "la monjita", la que no se lia con el primero que pasa en fiestas, la que puedes agobiar, pero no va a caer. Siempre he creido innecesario esa cosa que te hace parecer un gilipollas y hacer estupideces, esa especie de drogoadicción, que algunos llaman amor. De echo ahora mismo me parece la tontería mas grande del mundo. Como pueden depender unas personas de otras y ser felices. ¿Cómo? Yo no quiero depender del estado de animo de un imbécil, que no tenga cerebro para otra cosa que para follar.
Pero estos últimos meses, algo ha cambiado dentro de mi. No, no e sentido ese cosquilleo que todos sienten y que es tan "bonito", por decirlo de alguna forma, de echo creo que a mi ese cosquilleo me habría provocado náuseas.
Hace unos pocos meses, te encaprichaste, hasta el punto de no dejarme tranquila. Eres el puto guaperas que tiene a la que quiere en sus manos. Pero no a mí. Puedes llegar a ser insoportable. No tenemos nada en común, ni fecha, ni dia, ni mes, ni año. Tu eres blanco, y yo casi negro. Tu de día, y yo en la madrugada. Eres imposible, somos imposibles.
Y fue exactamente cuando me llamastes por ultima vez, cuando dijiste que estabas cansado y que te rendias, fue ahí, cuando empecé a echarte de menos, a ¿quererte?.
¿Querer? ¿yo?, flipando. Tal vez esté equivocada y ahora que no eres tu soy yo la que se cansa. Quizás es un capricho, otro más para mi larga lista. ¿Y si no lo es?¿ y si todo esto quiere decirnos algo? ¿y si es este momento?¿ y si eres tu? parece que el destino nos a cambiado los roles, y ahora yo soy la puta obsesa, y tu el que pasa.
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