sometimes, somewhere, it could happen.24




viernes, 6 de diciembre de 2013

mi carta no es para los reyes magos

El año pasado en navidad, tú ya no estabas aquí.Es increíble lo rápido que pasa el tiempo cuando estás feliz. Como esos pequeños instantes, que nos gustaría que fueran eternos, terminan desapareciendo poco a poco, hasta que ya no queda nada de ellos. El año pasado, en navidad, ya no estabas aquí abuelita, pero estabas conmigo. En nochebuena, en nochevieja, y en el día de año nuevo. Es cierto que ya no podía abrazarte, ni ver como te reías al cogerte de la mano, pero sé que estabas allí, y que estás aquí ahora mismo.
A veces, cuando estoy en un lugar lleno de gente, miro a todas partes, imaginándome que estás entre todas esas personas, que eres tú. Y a veces me parece verte, aunque solo sea por unos segundos. Que bonita es la navidad abuela, te encantaría ver las lucecillas de las calles, el árbol en el salón de casa, o los niños que cantan villancicos. ¿Te acuerdas cuando en el cole hacíamos figuritas para el belén y luego te las regalábamos? ¿Te acuerdas lo felices que eramos cuando nos tocaba a nosotras abrir los regalos?Pues este año, después de todo lo que nos ha pasado, no quiero regalos, no quiero sorpresas. No necesito una bici nueva o una tele de plasma, porque este año he entendido, que el mejor regalo que podía tener, lo mejor que la vida me ha dado, sois vosotros. Mi familia. Y ese sí que es un regalo eterno. 
Sé que no voy a perderte nunca abuelita, me ayudaste en la vida, y ahora me ayudarás desde la muerte. Porque la muerte siempre llega. Esa es la renuncia que debemos hacer, el precio a pagar por haber sido tan felices, por haber vivido tantos buenos momentos. Debemos renunciar a nuestro cuerpo, a nuestra presencia física. Pero ni siquiera la muerte, es capaz de romper el vínculo emocional, el amor. Es posible que te hayan privado de existencia física, pero yo sé, que estés donde estés, tu corazón siempre va a estar con el mío, siempre va a haber una parte de tí en este mundo.
Dicen por ahí abuelita, que a lo largo de nuestra vida morimos dos veces. La primera es cuando dejamos de respirar, cuando nuestro cuerpo exhala su último aliento, y entonces nuestro corazón se detiene. Sin embargo la segunda, ocurre mucho más adelante, y es cuando se pronuncia nuestro nombre por última vez, cuando ya nadie nos recuerda.
Así que tú, tú eres eternaFeliz navidad abuelita.

domingo, 13 de octubre de 2013

y hagas lo que hagas, no te atrevas a extrañarme

Lo sé, puedo llegar a ser la persona más borde del mundo. Lo sé porque me lo han dicho prácticamente desde que tengo consciencia. Y no hay remedio para esto. Es como una enfermedad crónica, que a pesar de todo, no importa lo que pase, seguirá conmigo. Quizás puedo esconderlo durante unos días, incluso meses, pero al final reaparece.
Tengo miedo a sentir, ¿existe un nombre para eso?. Soy incapaz de sentir emociones que yo misma no puedo controlar, me es imposible. Una vez me prometí a mi misma que la próxima vez me dejaría llevar, me dejaría sentir, pero no lo conseguí. Es como si en el momento en que se despierta algo desconocido en mí, mi cabeza mandara miles de soldados directos a mi corazón, armados con corazas y con las lanzas más afiladas, dispuestos a terminar con esos sentimientos. Y yo misma lo noto. 
Soy una guerrera, pero mi armadura es invisible. Nadie puede verla, pero ha quedado más que claro que la tengo. No pienso dejar que nadie atente contra mí, nadie podrá poner una bomba y hacer estallar mis emociones por el aire. Demasiado nerviosa, demasiado independiente. Demasiado yo misma como para dejar que alguien controle mi vida. Y hasta el momento, nadie lo ha conseguido, nadie ha traspasado esa barrera hasta el punto de exterminar a todos mis soldados.
Aunque puede que llegue un día, que recuerde esto, y no pueda parar de reír.

jueves, 3 de octubre de 2013

lo siento por ti si intentas olvidar a alguien que quisiste

¿Os habéis fijado en lo bonito que se queda el cielo después de una tormenta? Es como si la fase más importante de la vida de las nubes ya hubiera pasado, ya han hecho su trabajo, su misión se ha cumplido, y ahora se van marchando, poco a poco, hacia ningún lugar.
Lo mismo ocurre cuando has amado a una alta intensidad, cuando has querido tanto a una persona,  tanto que regalarías cualquier parte de tu cuerpo sólo con escuchar su eco una última vez. Nuestro corazón se queda entonces como una especie de desierto, en el que por mucho que riegues, es muy difícil que vuelvan a crecer plantas.
Y cuando eso pasa, nadie ha pensado que ocurre cuando eso pasa.
En las películas de Hollywood podemos ver como dos personas se conocen, se enamoran, y son muy felices. Pero, ¿y cuando eso no ocurre? ¿que hay de las relaciones difíciles, en las que apuestas todo a nada, en las que te dejas a ti mismo en algún lugar para empezar a querer a otra persona? ¿Qué pasa con esas relaciones que te van destruyendo por dentro a la vez que construyen un elemento común? De esas no nos dicen nada. Porque no son bonitas, porque no interesa una historia en la que a una de las partes se le hace insoportable la felicidad de la otra.
Pues a mi, es la parte que más me gusta. Ahí es donde vemos que es lo que somos capaces de hacer para alegrarle los días a alguien, para hacer que en esta vida pueda decir alguien ha dejado todo a un lado por ellos, alguien que no somos nosotros mismos, alguien independiente a nosotros, a quien elegimos amar libremente ( o no tan libremente), alguien que se encuentra por encima de nosotros, en la esfera de nuestra vida, en algún lugar protegido, con llave, algún lugar que incluso queramos, nos es imposible abrir. Y la única llave que tenemos, la única manera de conseguir acceder a esa esfera y suprimir todo lo que contiene, es el tiempo. O eso es lo que siempre nos han dicho.
Pero no. Cuando te enamoras, o te desenamoras, ves que no es así. No puedes evitarlo, pero a la vez no puedes olvidarlo. Quizás el problema no aparezca aquí, sino antes, mucho antes, justo en el momento en el que nos dijeron, que con el tiempo, aprenderíamos a olvidar.

miércoles, 25 de septiembre de 2013

haces que todo mi mundo siga en pie, con solo mirarme

Cuando todo este oscuro, cuando lo veas todo negro, aqui estaré yo. No importa que problemas puedan sobresaltarnos. Siempre permanecere a tu lado. Seré complice de tus silencios. Amaré cada una de tus palabras, tal como si fueran oraciones sagradas. Te acunaré los dias en que no puedas más, hasta que me mires y no te puedas contener. No me preocupa que a veces no quieras hablarme. Aprendere a escuchar a tu corazón, para que así puedas sentirte liberado cada vez que llegues a casa. Si algún día necesitas que me aleje, haré mis maletas y me marcharé. Y si algún día me llamas, volveré. Siempre estaré esperandote. Cada día que te sienta lejos, miraré por cada esquina, cada rincón, cada acera de esta ciudad. No voy a dejar que me olvides, incluso si no puedes verme. Estaré contigo hasta el final, hasta que digas "ya no más", incluso después de eso, seré incapaz de dejarte. Sé que a veces es necesario volar solo, pero el viaje es demasiado largo como para que no me dejes acompañarte aunque sea durante unos segundos. Esos segundos serán la señal de que sigo viva, de que sigo respirando cada uno de tus suspiros. Dime que no me quieres, y mañana las flores amanecerán marchitadas. Es imposible borrar cada una de tus huellas de mi piel. Incluso después de cincuenta años, sé que estaré aqui, contigo. No importa que desafíos nos traiga el destino, cada noche te haré soñar que no habrá otra igual. Y así sera, porque así esta escrito.

martes, 24 de septiembre de 2013

alguien está intentando que me cree recuerdos para siempre

Quizás este no es ni el momento, ni el lugar adecuado para hablar del amor. ¿Quien soy yo para hablar del amor? ¿Qué es eso a lo que llamamos amor?
La mayoría de las veces, decimos que "amamos" algo, sin saber tan siquiera el significado de amar. Pensadlo, porque yo llevo toda la tarde y todavía no he encontrado ninguna conclusión.
"Amar es no tener que decir nunca lo siento" decía Jenny en Love Story. Pues yo no creo que sea así. Es más, creo que cuando amamos a alguien, es a esa persona a la que más "lo siento" le dedicamos. 
Creo que no existe nadie en todo el planeta que jamás haya pedido perdón, que nunca se haya disculpado. Y ese creo que es uno de los gestos más bonitos del amor. Cuando realmente estas arrepentido, es que realmente has amado. Y no tiene porque ser algo negativo. Decir "lo siento", quiere decir que lo has pensado, y que has llegado a la conclusión de que tus acciones no tenían que ver con lo que pensabas o con lo que realmente querías hacer, lo que realmente amabas.
Al igual que perdonar, es el gesto más maravilloso del mundo. Nos sentimos libres cuando perdonamos, nos sentimos confiados. Si perdonas a alguien, es porque le amas. No quiero decir que estés enamorado, sino que si has optado por aceptar sus disculpas, es porque en un grado u otro esa persona te importa.
Amar, es recordar. Si recuerdas algo, lo has amado. No tiene porque ser un recuerdo idealizado, puede ser el recuerdo de un simple mordisco a una manzana. Amaste esa manzana mientras la comías. Asi creo yo que realmente es el amor, algo que no se encuentra sujeto, que no afecta a las personas, sino que más bien es algo que está en el aire.
"Love is in the air" decía John Paul Young en 1978. Probablemente se me adelantó. Aunque es muy posible, que John Paul al leer estas palabras no compartiera mi forma de entender su famosa frase.
Por tanto, mi conclusión es que no he sido capaz de entender que es amar, no por ahora, y no es porque no lo haya intentado. Amar es mucho más que mostrar tu amor hacía alguien. Incluso sin saberlo, cada día amamos algo de ese día, cada dia amamos algo nuevo, tal y como dejamos de amar otras cosas.
Amar es recordar que lo sientes, recordar lo que sientes.

lunes, 23 de septiembre de 2013

ayer es el hermano gemelo de mañana

A veces, las cosas no suceden como nos gustaría. O peor, no suceden, sin más. Lo que tenemos claro que va a ocurrir, puede ser una simple ilusión. No, no estamos en una de esas películas de Woody Allen, esto es la vida real. A veces, nos gustaría ser mil veces más felices que en este instante. A veces nos gustaría hacer miles de cosas que no podemos hacer en este momento. Y es ese "a veces", el que nos impide alcanzar nuestros sueños, el que nos impide luchar hasta el final, hasta caer rendidos, hasta decir basta.
Siempre me he considerado una persona optimista, de las que lucha contra ese "a veces" desde que se levanta hasta que se acuesta, una defensora incondicional del instante que tenemos delante, de la necesidad de hacerlo diferente, y olvidar todas esas cosas que estás perdiendo por estar haciendo algo. Hay que ser consecuentes, porque cada vez que elegimos algo, estamos renunciando a miles de cosas más, cuando elegimos algo perdemos el derecho a pensar en ese "y si". Porque en realidad, ese "y si" para nosotros ya no debería tener sentido, porque no va a ocurrir.
Lo que quiero decir, es que muchas veces, si no desperdiciáramos nuestro tiempo pensando en que habría podido ser, disfrutaríamos el doble, incluso el triple, de nuestras elecciones, del momento presente, de lo que nos ocurre aquí y ahora. Por ejemplo yo ahora mismo, tumbada en la cama mientras escribo estas palabras, me siento única. Este momento es único, no va a volver a repetirse. Incluso si a partir de hoy, todos los días de mi vida a esta misma hora intentara hacer lo mismo que estoy haciendo, jamás volvería a vivir este momento. Los momentos son irrepetibles, irreemplazables. Como cuando has pasado una época difícil, e intentas vivir nuevas experiencias para olvidar lo mal que lo has pasado. ¿De verdad creéis que podéis suprimir este momento? ¿Es posible sustituirlo? No, no lo es. En todo caso superarlo.
A veces, las cosas no suceden como nos gustaría. Pero eso no quiere decir que lo que nos esta sucediendo en este justo segundo, sea lo mejor que nos ha podido pasar nunca.

jueves, 12 de septiembre de 2013

y reírnos, y morirnos de placer

¿Alguna vez os habéis levantado con ganas de salir a la calle, esquivar todos los coches que se te crucen, y correr hasta el rascacielos más alto de toda tu ciudad? ¿No habéis sentido la necesidad de salir de la cama y subir al último piso de vuestro edificio? Y llegar allí arriba, asomarte, y saber que depende de ti caer, que a partir de tus decisiones puedes poner tu vida patas arriba. Pues a mi me ha pasado justo eso esta mañana.
Nada más salir de la cama, sin apenas haber abierto los ojos, el agua fría ha conseguido despertarme; y al llegar a clase, abrir el cuaderno, y esperar atentamente a que empezara la clase, es cuando he sentido esa necesidad. Caer al vacío. Justo como el agua se desliza por el nacimiento de un río, hasta llegar a lo más hondo, a lo más profundo.
Mi profesora de derecho romano explicando, y yo a punto de caer de un octavo piso, ¿que situación no? 
Y es entonces, cuando te encuentras en el bordillo, cuando estas a punto de lanzarte, como si quisieras imitar a un pájaro sabiendo perfectamente que no tienes ni una pluma, ahí es cuando te preguntas porqué. ¿que me ha hecho llegar hasta aquí? ¿y porque me divierte tener un pie fuera del bordillo, revoloteando, amenazando con arrastrar al otro a la nada? Preguntas y preguntas, pero la única respuesta que obtienes es que Rómulo y Remo fundaron Roma en el 754 a.C (o eso dice mi profesora). Una respuesta de la que ni siquiera podemos estar totalmente seguros, porque vamos a ver, hace mas de 2000 años de eso!!!
Pero sin rendirme, he seguido en búsqueda de mi respuesta, la respuesta a la pregunta del millón: ¿que mierdas me pasa?. 
No he discutido con nadie, no he entrado en ningún debate, es más, hoy comemos mi comida favorita, pero sin embargo sigo teniendo ganas de empujar mi cuerpo al vacío.
Algunos dirían que estoy loca o otros simplemente que necesito ayuda psicológica, pero yo creo que el problema es mucho más fácil de localizar.
¿Realmente quiero estar aquí? No, hoy no. Me acuerdo que el día que me matriculé tenia una sonrisa de oreja a oreja, pero hoy no. Y mirando a mi alrededor, me he dado cuenta de que a la gente le faltaba algo, a todos les falta algo (y no, no me los estaba imaginando desnudos). Les faltaba algo que no tenia nada que ver con la ropa, les faltaba la sonrisa. Y entonces he caído en la cuenta, ¿sabéis lo poco que me he reído desde que empezaron las clases?
No me he reído casi nada, es más, he estado muchísimo más seria de lo normal. ¿Entonces esta sensación tan rara era eso no? Me han robado la sonrisa. Es como si al matricularnos hubiéramos firmado una serie de pacto, prohibido reír, ¿o acaso habéis visto a algún juez echándose a reír mientras dictamina sentencia? No nos dejan reírnos. ¿Pero nos hemos vuelto locos? ¿Como no voy a reírme, si normalmente lo hago una media de tres veces por minuto?
Acabo de darme cuenta que no quiero tirarme, no quiero saltar, lo que quiero es reírme, reír a carcajada limpia, reír tanto que la profesora se gire y pida silencio, reír hasta que el vicerrector acuda a nuestro aula, reír hasta que uno de los concejales del ayuntamiento me escuche y no de crédito, reír tanto que hasta el amargado de la librería se contagie de mi risa.
Esta muy bien eso de ser serio, a veces es necesario, pero... ¿que seria de nosotros si nos nos riéramos nunca?

miércoles, 20 de marzo de 2013

amanecer

Lo siento mucho. Es difícil, pero sé que he cometido muchos errores. Debería estar triste, muy triste, pero me siento más viva que nunca. Y siento mucho haber mentido, porque en realidad no lo siento, no siento nada. Todo lo que he hecho a lo largo de mi vida, siempre ha sido para proteger a la gente que quiero, y eso me ha alejado más de ellos. Quizá no ha estado bien, pero lo cierto es que no me arrepiento. Me paso el día odiando cada cosa en la que he fallado, y es ese odio el que me impide ser feliz. Pero aún no es tarde, y me siento bien. A veces, es necesario decir que quieres, recordar a esas personas todo lo que serías capaz de hacer por ellas. Y hacerlo. A veces, es necesario aceptar que dependes de alguien, y que no puedes evitarlo, es algo que ni tú puedes controlar. Puedes negarlo, pero eso no te hará más feliz, ni alejará de tí esa pena que sientes dentro de tí. Lo cierto es que estoy viva y que quiero más que nunca