pequeña de las dudas infinitas

Nunca supe si de verdad llegué a quererte mucho, o si simplemente eras un capricho, como cuando ves unos tacones que no podrías caminar ni muerta con ellos, pero te los compras por el simple hecho de que son preciosos, y en ese pequeño momento, no te importa que sean cómodos o que te rocen, solo te importa lo bonitos que son y la envidia que vas a dar a más de una. Puede que te quisiera un poco, o mucho, nunca llegué a saberlo. Yo, no sé medir esas cosas, no digo te quiero mucho, porque exactamente no se que significa ese “mucho”. Hay quien lo dice porque rellena la expresión y queda mejor, o puede que sea porque ese mucho lo relacionan con la importancia de la persona, o incluso alguien pueda calcular la medida de cuanto quiere, y por eso lo dice. Eso es lo que yo me pregunto ahora, porque hay cacharros para medir los centímetros, los kilos, e incluso los metros cúbicos, y a nadie se le ha ocurrido crear un aparato que te diga cuanto quieres. Y podría tener una escala del uno al diez, y cuando alguien te preguntara por su nivel, dijeras por ejemplo 6. Pero, que estupidez no?, un aparato que te dijera cuanto quieres, o “cuanto te quieren”, e aquí el conflicto, que tal vez, si nos dijeran cuanto queremos, o cuanto nos quieren, no nos arriesgaríamos la mitad de las veces, no nos lanzariamos a por eso que queremos, no luchariamos por ello. Porque si supieramos cuanto nos quieren, nos quedaríamos sin dudas,esas dudas que nos hacen colarnos hasta las trancas, que sacan lo mejor y lo peor de nosotros, esas dudas que acaban gustándonos. Nos quedaríamos sin nada que preguntarles a los enamorados, a los amantes, a esos locos que escapan de sus vidas en busca de su media naranja ,incluso a los amigos, porque entonces, no habría verdadero amor.

¿y tu, cuanto quieres?